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La vacuna para la ruptura

Pareciera que en la actualidad por la cantidad de rupturas y separaciones de pareja que se están percibiendo podríamos hablar de una epidemia. “Hay una cierta falta de creencia en el amor, existe hoy una epidemia de rupturas conyugales que vuelve a la gente incrédula en relación con este tema.” Es lo que dice Enrique Rojas, especialista en Psiquiatría y Psicología médica, director del Instituto Español de investigaciones psiquiátricas.

Sobre esto, encontramos que el número de divorcios en México se cuadruplicó en tres décadas, al pasar de 4 por cada 100 matrimonios en 1980, a 17 en el año 2012, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Cifra que año con año va en aumento. Otro dato a tomar en consideración es que las rupturas se van presentando cada vez a menores tiempos de la relación.

Este contexto es en el que vivimos y para el que debemos estar preparados, no es suficiente un “a mí no me va a pasar”, el vivir bajo la fantasía de esta premisa sería simplemente descuidarnos y bajar la guardia ingenuamente. ¿Qué hacer ante este panorama? La respuesta es clara: hacer una apuesta sincera y total por el amor.

Enrique Rojas aclara que “en la sociedad actual no existe una crisis del amor, sino de la persona, se han ido produciendo hombres cada vez más endebles, más frágiles” y al mismo tiempo, estamos inmersos en una cierta “ignorancia del amor”, “la gente desconoce que el amor es un trabajo, es una labor artesanal”.

¿Cómo pretendemos hacer funcionar algo de lo que no tenemos la menor idea de cómo funciona y no leemos el instructivo? O ¿Cómo queremos participar y salir victoriosos si desconocemos las reglas que rigen el “juego”?. La forma de irnos “vacunando” de una ruptura será, entonces, ir conociendo cada vez más lo que es el amor y sus implicaciones; darnos a la tarea de conocer cada vez más a nuestra pareja, pero no solo eso, sino ir conociendo y aprendiendo del amor humano, para que así podamos valorarlo y apreciarlo, amar el amor humano.  Mientras que al mismo tiempo es necesario ir desarrollando y formando nuestro carácter para tener el coraje y la valentía de asumir la tarea y el trabajo que requiere la relación de pareja.

Hay tres cosas muy concretas que podemos hacer y poner en práctica en nuestra relación para que ésta perdure y prospere:

  • Dar y recibir: que exista reciprocidad y recordar que la relación es un trabajo que requiere de ambas partes.
  • No reclamar cosas del pasado: evitar cobrar “facturas” que ya han sido cobradas o que forman parte del pasado.
  • Volver a empezar: darse la oportunidad de renovarse e iniciar de nuevo las veces que sea necesario.

El amor verdadero impulsa a sacar y dar lo mejor de uno mismo. El hacer perdurar el amor es la mejor garantía para que nuestro matrimonio funcione, pareciera redundante, pero así es: el amor que mantendrá unida nuestra relación se mantiene vivo en la medida en que amamos a nuestra pareja.

Artículo proporcionado por Familia Unida Guadalajara publicado también en Fiancée Bodas.

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