¿Vacaciones o Vagaciones?
¡Ah, vacaciones! dulce sueño de todos los humanos. El trabajo es pesado, pero es un gran aliciente el saber que hay un límite, que llega al periodo de vacaciones, ese tiempo que el hombre dedica al descanso… fuera corbatas, fuera horarios, fuera presiones. Las vacaciones son un suspiro en el camino para seguir adelante.
Los niños salen de la escuela, el horario se hace un poco más flexible en casa. Los primeros días de las vacaciones las mamás están encantadas, no tienen que amanecer tan temprano preparando lonches.
Pero el encanto dura una semana, pues pasando el tiempo se oyen frases como: “ya no sé que hacer con estos niños en casa, holgazaneando todo el día frente a la tele y al nintendo” o “este niño todo el tiempo anda inventando ir al cine con sus amigos o gastar dinero en alguna diversión, parece que no sabe hacer otra cosa más que vagar”.
En la ceremonia de clausura de una escuela, el director se dirigió a los estudiantes de la siguiente manera:
“El período es un tiempo de vacaciones que no es lo mismo que vagaciones; las vacaciones son necesarias en el ser humano, es necesario para el hombre un periodo de esparcimiento en el que quiebre con la rutina a la que está acostumbrado”, comentó, “bien sabemos que desde la creación Dios creó al mundo y al séptimo día descansó, así pues que nos es válido a nosotros descansar.
Sin embargo -continuó el director- vacaciones es la oportunidad de hacer aquello que me gusta y que por falta de tiempo en la vida diaria no realizo, y eso pudiera ser desarrollo cultural, cultivo de la capacidad creadora o deportiva, convivencia social, etc.
“El problema comienza cuando a las vacaciones se les da el significado de no hacer nada, cayendo en la pasividad y el aburrimiento”, concluyó el director.
El verdadero significado de ocio.
Todos entendemos por ocioso, un persona floja, sin embargo, el término ocio no siempre fue una palabra negativa, se deriva etimológicamente del latín “otium”.
Cicerón consideraba como propias del ocio las actividades que reunían estas cualidades: ser voluntarias, creadoras y gratas para el hombre.
Un sociólogo de nuestro tiempo, Duzamedier, define el ocio de las siguiente manera: “el conjunto de operaciones a las que el individuo puede dedicarse voluntariamente, sea para descansar o para divertirse, o para desarrollar su información o su formación desintreresada; su voluntaria participación social o su libre capacidad creadora; cuando se ha liberado de sus obligaciones profesionales, familiares y sociales”.
La noción de ocio se opone a la de “negocio” (negación del ocio). Negocio es toda ocupación que persigue, de manera inmediata, un provecho material. El ocio, por el contrario, no pretende una utilidad práctica, busca únicamente disfrutar con el ejercicio de una actividad.
El significado de las vacaciones o del ocio, ha variado a lo largo de la historia. En un tiempo esta palabra en Grecia tuvo un sentido claramente positivo. Así Aristóteles decía: “trabajemos para tener ocio”, es decir, para poder dedicarnos libremente a aquellas ocupaciones que nos gustan y suponen el despliegue y desarrollo de nuestro espíritu.
Fue el principio de la Edad Moderna cuando se entendió el ocio como algo negativo: pasividad, pereza…
Y es así como actualmente muchos damos esta connotación a las vacaciones.
Son muchas las oportunidades que se nos presentan para vacacionar de una manera saludable y no es necesario el hacer un gasto excesivo para logarlo.
Los paseos en contacto con la naturaleza, el dedicarnos a trabajos laborales en casa, el promover que nuestros hijos busquen una institución social en la que puedan dar parte de su tiempo como voluntarios son algunas de las opciones que podemos tomar en esta época de vacaciones, para lograr así un descanso y una realización plena de nuestra persona.