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4 tipos de amistades que son malas para tu matrimonio

 

por Laluzdemaria.com

En nuestra vida, debemos de tener mucho cuidado de aquellas amistades negativas que tienen el potencial de dañar nuestro matrimonio.

Las amistades juegan un rol extremadamente importante en nuestras vidas, y esto se mantiene como una verdad inclusive después que nos hemos casado.

Debemos de cultivar buenas, verdaderas, leales, y honestas amistades que no sólo saquen lo mejor de nosotros sino que también saquen lo mejor de nuestro matrimonio.

Por otro lado, debemos de tener mucho cuidado de aquellas amistades negativas que tienen el potencial de dañar nuestro matrimonio. A menudo nos terminamos convirtiendo en las personas con las que más tiempo solemos pasar.

Ciertamente tendremos algunos amigos que vengan de diferentes rumbos en la vida, y esto es algo bueno, pero no podemos permitir a ninguno de ellos dañar nuestro matrimonio.

Entonces, ¿cómo podemos diferenciar a una “buena amistad” de una “mala amistad”? Debemos de comprender el tipo de comportamiento de nuestras amistades que impacta negativamente en nuestro matrimonio.

Aquí están las cuatro malas amistadas para nuestro matrimonio:

1. El amigo que habla mal de su cónyuge.

Cuando yo crecía, mi mamá a veces me regañaba cuando yo sonaba como muchos de mis amigos. Ella me solía decir: “Nunca te sueles quejar tanto. Seguramente has pasado demasiado tiempo con fulano”.

Al principio yo creía que ella sólo me estaba regañando, pero entonces me daba cuenta que era cierto. Es raro como muchas veces terminamos adquiriendo algunos hábitos de aquellos con los que pasamos más tiempo. Si nuestro amigo consistentemente ve y se queja de todos los defectos de su cónyuge, entonces, con el tiempo comenzaremos naturalmente a ver al nuestro de manera negativa.

En un esfuerzo por validar a esta persona o hacerla sentir mejor, terminaremos hiriendo nuestro matrimonio con las palabras negativas que decimos y con los pensamientos que permitimos echen raíz en nuestras mentes.

En lo que se refiere al matrimonio, debemos rodearnos de personas que quieran tener un buen matrimonio.

Durante los tiempos vulnerables, podemos encontrarnos a nosotros mismos quejándonos acerca de nuestro cónyuge con nuestros amigos. Esto podría pasar una o dos veces. Pero no podemos permitir que se vuelva una norma. Es algo tóxico para nuestro matrimonio y para nuestra amistad.


2. El amigo que habla mal de nuestro cónyuge

Esto pareciera algo tan evidente que ni siquiera lo vamos a pensar, pero he conversado con demasiadas parejas que tienen a los que llamamos “mejores amigos” que constantemente ven de menos a sus parejas. Esto simplemente NO puede suceder.

La excusa más común que yo escucho cuando abordamos este tema es: “Ellos me conocen desde antes que yo me hubiese casado entonces lo que están haciendo es sobreprotegerme”.

Esto puede ser cierto, pero eso no hace que el hablar mal de tu cónyuge esté bien. Cuando permitimos que nuestros amigos digan cualquier cosa desagradable en contra de nuestra esposa, estamos colocando nuestra amistad antes que nuestro matrimonio. Esto no es solamente dañino, sino erróneo.

Después de Dios, nuestro cónyuge merece nuestro compañerismo y lealtad. Nuestros amigos vienen después que nuestra familia.

Debemos dejar saber a nuestros amigos que no está bien que pongan apodos a nuestros cónyuges cuando estos hacen algo. Esto perpetúa el ciclo negativo en nuestra mente y corazones y crea una dañina codependencia en la amistad que terminará hiriendo nuestro matrimonio.


3. El amigo que trata de ponerte en contra de tu familia

Un verdadero amigo te motivará a ser alguien cercano con tu esposa e hijos. Y no todo lo contrario.

Cualquier amigo que demande más de tu tiempo y diga cosas como “ella te tiene encerrado”, o “ella te exige demasiado tiempo”, o “ella está controlando todo tu tiempo”, o “tú deberías de poder hacer lo que tú quieras con tu tiempo”; esto no es una buena influencia para nosotros y ciertamente no está considerando nuestra devoción hacia nuestra familia.

Nuestros amigos nunca deberían de esperar que escojamos nuestra amistad antes que nuestra familia y no deberían de tratar de levantar discusiones con nuestro cónyuge al estar exigiendo más de nuestro tiempo. Al final la verdad es que necesitamos pasar tiempo con nuestros amigos, pero ese tiempo nunca debe ser a expensas de nuestra propia familia. Si estamos pasando demasiadas noches saliendo con nuestros amigos, nuestro matrimonio va a sufrir. Muchas salidas con los amigos nos llevan hacia un matrimonio solitario. Está fuera de balance, porque nuestro matrimonio debe venir primero.


4. El amigo que odia el matrimonio en general

Como lo dije antes, podemos tener amigos de diferentes ambientes y con diferentes experiencias de vida. Esto es una cosa hermosa. Pero esto significa que la mayoría de nosotros tendremos opiniones diferentes acerca de diferentes cosas.

No deberíamos terminar una amistad simplemente porque no estamos de acuerdo en todo lo que pensamos o decimos, pero no podemos tener amistades cercanas con alguien que no respeta nuestras creencias y que tratan de minimizar nuestros valores.

Podemos tener algunos amigos que se hayan divorciado y que estén probablemente con una actitud negativa hacia el matrimonio en general. Yo no digo que no debemos darle apoyo durante esta época tan difícil. Definitivamente debemos hacerlo. Debemos asegurarnos de que nuestras conversaciones no sean contra el matrimonio.

Yo tenía un amiga que comenzó a salir con dos mujeres divorciadas que le solían decir que estar soltera era mucho mejor que estar casada. Salían a restaurantes y a discotecas por lo menos una vez a la semana juntos. Mi amiga era la única mujer casada en el grupo. Eventualmente, ella comenzó a discutir con su esposo sobre cosas pequeñas y a decirle que no estaba siendo lo suficientemente buen esposo. Luego de algún tiempo, ella amenazó con el divorcio y eventualmente se fue de la casa a un apartamento con esas mujeres solteras. Su esposo no lo podía creer no se dio cuenta ni que tan rápido esto había ocurrido. Lo triste de toda esta situación es que la pareja se divorció hace tres años y mi amiga está empezando a darse cuenta que se equivocó tanto en su amistad como en su matrimonio.

Dios quiere que tengamos matrimonios fuertes y relaciones hermosas. Relaciones que enriquezcan nuestras vidas para que sean sanas y balanceadas. Asegurémonos de buscar y mantener amigos leales que se mantengan apoyándonos mutuamente y que levanten y saquen lo mejor de nosotros mismos a nuestras familias y a nuestro matrimonio.

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